Como madres, sabemos que Halloween y otras festividades pueden ser tan emocionantes como aterradoras para nuestros hijos. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cómo afecta el miedo al cuerpo, incluso cuando es “por diversión”? La respuesta es interesante: tanto el miedo como el estrés desencadenan una respuesta en el organismo que, si bien es natural y temporal, puede afectar la salud de los niños e incluso la nuestra si se experimenta de forma intensa o repetida.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando sentimos miedo?
Cuando experimentamos miedo, el cuerpo activa una respuesta de “lucha o huida” diseñada para reaccionar rápidamente a un peligro. En esta situación, el cerebro libera adrenalina y cortisol, hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca y la respiración, dilatan las pupilas y envían una señal de alerta general a los músculos. Este proceso, que se origina en la amígdala, una región cerebral responsable de las emociones, ayuda al cuerpo a concentrarse exclusivamente en enfrentar o escapar del supuesto peligro.
Sin embargo, cuando estas respuestas de miedo se experimentan con frecuencia (por ejemplo, en atracciones de Halloween o viendo películas de terror), el cuerpo puede experimentar ciertos efectos secundarios, especialmente en el sistema cardiovascular y en el sistema inmunológico. Según estudios recientes, el aumento constante de adrenalina puede provocar un desgaste en el sistema cardiovascular, afectando la presión arterial y generando problemas de digestión. Incluso los niveles elevados de cortisol, si se mantienen durante períodos prolongados, pueden debilitar el sistema inmunológico y hacer que nos enfermemos con mayor facilidad.
- La American Psychological Association (APA) reporta que el 77% de las personas experimentan síntomas de estrés físico, como dolores de cabeza y cansancio, y hasta un 73% de adultos muestra síntomas emocionales de estrés, como ansiedad y nerviosismo, que pueden ser exacerbados por estímulos como el miedo intenso o recurrenteNational Geographic.
- Estudios del National Institute of Mental Health (NIMH) muestran que el estrés crónico puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y digestivas, afectando tanto a adultos como a niños que están sometidos a altos niveles de ansiedad o miedo, aunque sea recreativo.
Consejos para gestionar el miedo y el estrés en Halloween
- Establecer límites de exposición: Si tus hijos disfrutan de las películas o juegos de miedo, trata de limitar el tiempo que pasan en estas actividades. Esto ayudará a que no experimenten niveles elevados de miedo o estrés por demasiado tiempo.
- Crear una rutina de relajación después de las experiencias intensas: Después de una experiencia de miedo, ya sea ver una película de terror o visitar una casa embrujada, practicar una rutina de relajación como respiración profunda o escuchar música tranquila puede ayudar al cuerpo a regresar a su estado normal.
- Hablar sobre sus miedos: Para muchos niños, hablar sobre el miedo y entender que no hay peligro real detrás de la máscara puede ayudar a reducir su ansiedad y a manejar mejor sus emociones.
- Practicar ejercicio: La actividad física es una excelente forma de liberar el exceso de adrenalina y cortisol, lo que permite que el cuerpo se relaje y vuelva a un estado de calma.
- Incluir actividades de bienestar en casa: Cosas simples como tomar un baño tibio, hacer manualidades o pasar tiempo en familia jugando ayudan a reducir el estrés y a canalizar las emociones de forma positiva.
En conclusión, Halloween puede ser un momento divertido y una oportunidad para enseñar a los niños sobre cómo funciona su cuerpo. Aprender a manejar el miedo y el estrés, incluso en un contexto de entretenimiento, les ayudará a desarrollar resiliencia emocional y a cuidar de su salud física y mental.