El cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en México, y cada año se diagnostican más de 29,000 nuevos casos, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Si bien estos números pueden sonar alarmantes, la buena noticia es que la detección temprana y un enfoque preventivo pueden marcar una gran diferencia en el pronóstico de esta enfermedad.
¿Qué es el cáncer de mama?
El cáncer de mama ocurre cuando las células del tejido mamario crecen de forma descontrolada, formando un tumor maligno. Factores como la edad, los antecedentes familiares, el estilo de vida y la genética aumentan el riesgo. Sin embargo, con la detección oportuna, el 90% de las mujeres diagnosticadas en las primeras etapas del cáncer de mama sobreviven al menos cinco años después del diagnóstico.
Consejos prácticos para prevenir el cáncer de mama
Aunque no todos los casos pueden prevenirse, hay varias acciones que puedes tomar para reducir el riesgo:
1. Mantente activa
Diversos estudios han demostrado que las mujeres que realizan actividad física regularmente tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama. Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar, nadar o montar bicicleta. El ejercicio ayuda a regular las hormonas, reduce los niveles de estrógeno y promueve un peso saludable, factores clave en la prevención del cáncer.
2. Mantén un peso saludable
La obesidad después de la menopausia aumenta el riesgo de cáncer de mama, ya que el tejido adiposo es una fuente de estrógeno que puede estimular el crecimiento de células cancerosas. Mantener un índice de masa corporal (IMC) adecuado a tu estatura y estructura es una de las mejores estrategias preventivas.
3. Evita el consumo excesivo de alcohol
El consumo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. De hecho, las mujeres que consumen entre una y dos bebidas alcohólicas al día tienen un 20% más de riesgo de desarrollar la enfermedad que aquellas que no beben. Se recomienda limitar el consumo a no más de una bebida al día para reducir el riesgo.
4. Realiza autoexploraciones mamarias
Aunque no sustituyen a las pruebas de detección médica, las autoexploraciones regulares permiten que las mujeres conozcan sus senos y puedan detectar cualquier cambio inusual, como bultos o secreciones, de manera temprana. Octubre, mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama, es un excelente momento para empezar esta rutina, pero lo ideal es realizar la autoexploración una vez al mes.
5. Limita la terapia hormonal después de la menopausia
El uso prolongado de terapia hormonal combinada (estrógeno y progesterona) para tratar los síntomas de la menopausia está vinculado a un aumento del riesgo de cáncer de mama. Si es posible, habla con tu médico sobre otras opciones para manejar los síntomas o utiliza la dosis más baja durante el menor tiempo posible.
¿Qué tan importante es la detección temprana?
La detección temprana sigue siendo una de las principales armas contra el cáncer de mama. Las mamografías son el método más efectivo y se recomienda que las mujeres a partir de los 40 años se realicen una cada uno o dos años, dependiendo de su historial médico y otros factores de riesgo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mamografías pueden reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 20% en mujeres de entre 50 y 69 años.
Además, si tienes antecedentes familiares de cáncer de mama o factores de riesgo genéticos, como las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, es recomendable hablar con un médico sobre la posibilidad de realizar pruebas genéticas o aumentar la frecuencia de las revisiones.
Conclusión
Prevenir el cáncer de mama está en nuestras manos en muchos sentidos. Mantener un estilo de vida saludable, reducir el consumo de alcohol, realizar actividad física, controlar el peso y acudir a las pruebas de detección recomendadas son pasos que pueden marcar una gran diferencia. Recordemos que la clave está en la prevención y la detección temprana.
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